No son tiempos fáciles para ninguna de las partes. Si bien el alumnado debe reorganizar su vida de estudiante y adaptarse a los nuevos métodos de trabajo y rutinas, para el docente ocurre algo similar. No sólo tenemos que implementar las tareas de forma que se puedan trabajar desde fuera del centro, hay que darles una nueva estructura, instrucciones, temporalizaciones, contenidos, adaptaciones a las distintas plataformas, etc. Sino que también, una vez que recibimos el trabajo, tenemos que interpretar todas las tareas que nos llegan.
En esta ocasión,
En esta ocasión, muchas gracias a nuestra compañera Marta Herrera, que ha recibido y compartido con nosotros este documento gráfico que recoge las buenas prácticas que el alumnado puede aplicar a todas sus tareas, de forma que el profesorado del centro interprete de la forma más precisa los resultados de los trabajos recibidos.
Anímate y consúltalas aquí. No dudes en aplicarlas y compartirlas con tus compañeros.